TORRES GARCIA, Joaquín fue un pintor que asimiló las formas simbólicas y principios constructivos; jugo un rol muy importante en la iconografía del arte precolombino de Sudamérica.
Este pintor vivió en New York dos años (1920-1922), luego en 1926 se instalo en París donde se vincula con la vanguardia de artistas abstractos y junto con Michel Seuphot, promueve la creación del grupo CERCLE ET CARRE; esta asociación agrupo a mas de 80 artistas entre ellos Kandinsky, Le Courbusier, Léger, Mondrian, Vantongerloo, Torres García, donde hacen una revista y publican sus obras.
En 1928 conoce a Van Doesburg, quien lo influencia para trabajar con la Sección Aurea como un modo de obtener una estructuración proporcionada de la imagen pictórica. El pintor español Luis Fernández inicia en Torres García en el conocimiento esotérico.
Torres García adopta estos conocimientos y los incorpora a su formación clasicista que lo predisponía a la proporción y el orden. El en sus bocetos se aprecian visones fragmentarios de objetos y paisajes (mascaras primitivas), las encierra en subdivisiones rectangulares donde se percibe su vocación por un ordenamiento riguroso del plano.
En sus esculturas abstractas al cortar y clavar bloques en tiras de madera el pintor desarrolla un sentido de la construcción con una idea estructural basada en el uso de las unidades geométricas.
Se familiariza con la obra de Mondrian y se encuentra con el dilema figura- abstracción en donde resuelve el diseño del dibujo con un símbolo.
Así comienza la década del 30 con la construcción pictórica hecha de compartimientos verticales y horizontales. Con imágenes de objetos o símbolos de tradiciones antiguas o esotéricas con el propósito de crear una visión pluralista de lo Universal. De esta manera Torres García establece su rechazo del absolutismo geométrico de Mondrian, aludiendo los bajorrelieves de los muros Incas.
Torres García utilizaba preferentemente los formatos verticales asociados con los retratos, con la figura humana, por sobre los horizontales o apaisados.
El compromiso con su tarea es tan intenso que en ciertos momentos el simbolismo pictórico bordea lo alegórico, lo propagandístico.
En 1939 escribe Metafísica de la Prehistoria Indoamericana, en la que sostenía que la cultura prehispánica debía ser incorporada a “La Gran Tradición Humana” y que debían ser el fundamento plástico para un arte autónomo del continente alejado de la herencia europea.
Torres García intenta una síntesis entre la evolución moderna hacia el constructivismo y las tradiciones precolombinas, su obra adquiere una validez profética como una relectura del arte antiguo del continente. La evolución de las obras autoriza a afirmar que las formas tectónicas precolombinas establecieron un vocabulario constructivista, legitimando las simetrías sugeridas con las vanguardias del movimiento en Rusia.
lunes, 16 de noviembre de 2009
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